Desde que comencé a trabajar como voluntario en los lugares donde me hospedo he vuelto a la rutina que tenía antes del viaje. Un retorno inevitable cuando se tiene seguridad hospitalaria(?).
Cuando ya no hay mayor interés por el mundo exterior volcarse sobre uno mismo es la única forma de exploración que resta. Y este giro hacia el interior trae consigo tanto la reflexión como la evasión de sí.
Fue un vídeo que vi en TikTok el que me ha hecho ponerme en duda. Particularmente sobre la forma en que presento y estructuro mis textos. No es una bitácora de viaje donde cuente lo que he vivido. Y bien podría serlo. Hay cierta intelectualización de mis textos porque es la estrategia que tengo para evitar mostrarme yo mismo. Evito conjugar en primera persona para no involucrarme en el relato. Me oculto detrás de las palabras para no tener que exponerme.
Aunque escribir ya es un acto de desnudez performático, develarse e iluminar nuestras sombras es una tarea aún más reveladora que la desnudez misma.
En cualquier momento este blog pasará a llamarse Confesiones.
UPDATE: Acabo de ver una story de un doctorando brasilero que conocí en Río y es un libro llamado “O show do eu. A intimidade como espetáculo”. Soy.
